La novela de Michael Ende, La Historia Interminable, vio la luz en 1979 y, aunque parece que fue ayer cuando se estrenó, la película basada en la novela ha cumplido ya treinta y dos años.
El autor alemán no se limitó a crear un mundo fantástico. En la versión original Michael Ende utilizó dos colores para escribir su novela. Utilizó el color verde para referirse
al argumento en sí y el color púrpura cuando el personaje de Bastian estaba en el mundo real.
Otro dato curioso de la versión original es que cada capítulo, de esta fantástica novela, comienza por una letra del abecedario siguiendo un orden cronológico.
Como anécdota para quienes no han leído la novela: la película, que tanto éxito alcanzó, está incompleta porque solo cuenta la primera parte de la novela. Quienes la vieron se quedaron sin saber qué pasaba con Fantasía cuando Bastian llegaba a ella.
Les sugiero que vuelvan a ser niños, que crean en la fantasía y lean la novela porque merece la pena y, como suele ocurrir, supera de largo a la película.
PARA MEDITAR:
Las grandes almas son como las nubes: recogen para verter. (Kalidasa)