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MIS AMIGOS

viernes, 17 de abril de 2015

NOMBRE DE MUJER



     Se sentía perdido tras la traumática experiencia. ¡Había vuelto a suceder!
     Todo se torció en el juicio cuando la defensa llamó a la testigo final.

  Al escuchar su nombre, no pudo evitar un estremecimiento. La mujer, ciega, avanzó por la sala y el silencio se fue adueñando de los presentes…

     Habían pasado diez años desde la última vez que la vio, pero recordaba el encuentro como si hubiese ocurrido el día anterior.

     Como fiscal del estado, su deber era probar los cargos del imputado y conseguir así su condena. Siempre tenía éxito aunque, para ello, tuviese que maquillar las pruebas en algunas ocasiones. Como en ésta.

     Tan sólo una vez había perdido un caso. Fue cuando ella le miró de frente con sus ojos ciegos. Y ahora estaba allí, sentada de nuevo en el estrado, dispuesta a desmantelar las teorías que tanto le había costado preparar.

     Mientras escuchaba el testimonio de la mujer, su mente asumía la derrota. Incapaz de rebatir sus afirmaciones se rindió ante la evidencia: había perdido el juicio.

     Poco después abandonó el juzgado y comenzó a caminar por la carretera, bajo la lluvia.

     Habían pasado horas cuando el rumor de un río le hizo levantar la mirada. Frente a él se alzaban los muros de la Torre de Belem. Sin dudarlo, pagó la entrada y comenzó a ascender por la angosta escalera. Dejó atrás la Sala del Gobernador, la Sala de los Reyes, la Sala de Audiencias, la Capilla y llegó a la Terraza.

     Desde allí, la visión oscura de las aguas del Tajo, le produjo un efecto hipnótico, su mente comenzó a repetir el nombre de la mujer que le había vencido: Justicia.

     Tapándose los oídos, para huir del sonido que le llenaba la cabeza, saltó al vacío.

     Ya jamás volvería a sufrir otra derrota.


Belén Rodríguez